- No lo hagas, no te alejes de la vida.
- ¿Y qué? Uno tiene la angustia, la desesperación de no saber que hacer con la vida, de no tener un plan, de encontrarse perdido, sin brújula, sin luz a donde dirigirse.
¿Qué se hace con la vida? ¿Qué dirección se le da?
Si la vida fuera tan fuerte que le arrastrase a uno, el pensar sería una maravilla, algo como para el caminante detenerse y sentarse a la sombra de un árbol, algo como penetrar en un oasis de paz; pero la vida es estúpida, sin emociones, sin accidentes, al menos aquí, y creo que en todas partes, y el pensamiento se llena de terrores como compensación a la esterilidad emocional de la existencia.
- Estás perdido. Ese intelectualismo no te puede llevar a nada bueno.
- Me llevará a saber, a conocer. ¿Hay placer más grande que este?...
jueves, 17 de febrero de 2011
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