Fuck off!

Nosotros leíamos cuando éramos preadolescentes asqueados, repudiados, marginados. Diminutos embriones de la máquina misántropa que somos hoy día. Críos que escuchaban rock cuando imperaba el pop comercial. Que pasaban madrugadas enteras con una videoconsola y los ojos inyectados en sangre. Chavales que leían a Kafka mientras los demás compraban la Bravo.

Pequeños cabrones que sabían lo que era una buena cerveza antes de que sus jodidos amigos la hubiesen siquiera olido. Niños que huían de las reuniones familiares, de los compromisos sociales y las sonrisas para refugiarse en videojuegos de la Segunda Guerra Mundial. Chicos que renegaron de Hollywood. Críos que sabían montar una escopeta. Chavales que se encerraban en el baño con 9 años a masturbarse releyendo la misma frase una y otra vez. Muchachos a los que sus compañeros escupieron, y que un día decidirán tomarse la justicia por su mano. Y habrá llantos.

Nosotros nos metimos en las páginas de Boris Vian, de Kurt Vonnegut, de Charles Bukowski, de Salinger, de Fante, de Dostoievski, de Baudelaire, del alma atormentada de Lovecraft, con 11, 12, 13 años. Y encontramos allí nuestra misma ira, años antes de nacer. Y ahora, que extrañamente, todos los que un día nos vomitaron en la cara nos lamen el culo, ahora que al parecer, con la nueva idolatría al fenómeno de lo weird, somos atractivos para el mundo, nosotros seguimos diciendo, ¡que os jodan!

Sin embargo, vosotros, que ahora de pronto os autodenomináis raros, misántropos, vosotros que pretendéis tomar lo bueno de una actitud sin haber padecido lo malo, vosotros que habéis sido los principales artífices de nuestra repulsión hacia las personas, vosotros que decís disfrutar inmensamente con el cine de Tarantino y en realidad os tocáis con bodrios adolescentes como Crepúsculo, vosotros que amáis al inútil de Paulo Coelho pero os hacéis fotos leyendo a autores del realismo sucio, vosotros que leéis la palabra 'coño' y la repetís en voz alta para deleitaros de lo obscenos que ahora sois, vosotros que únicamente sois maniquíes vacíos, vosotros que lleváis camisetas de cualquier grupo sin haber sentido de verdad esa música en la vida, vosotros que fingís ser unos alcohólicos empedernidos, vosotros que ahora compráis nuestros libros, nuestras películas, nuestros discos, y gritáis a los cuatro jodidos vientos cada pequeña mierda que descubrís, y cuán intelectuales sois y habéis sido siempre, vosotros...
Vosotros sólo sois unos putos modernos.